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martes, 26 de noviembre de 2013

Pennsylvania, 3 de Noviembre 2013 MY (New York)

Queridos lectores de mil historias de una koala:
He estado cocinando Pumkin Bread y Corn Muffins, mañana por la mañana cuando me levante veré los bollitos hechos, haber que tal, espero que bien, porque este jueves es el día de acción de gracias y los bollitos son para la cena así que espero que estén ricos. Por cierto, hablando de acción de gracias, no se a que hora terminará la cena, pero si es tarde es muy posible que no os escriba, así os aviso amigos, si no escribo este jueves es uno o que he terminado muy tarde y no me ha dado tiempo a escribir o dos que he comido tanto que me he quedado encajada en la silla, una de dos, Mia dice que la segunda.
Pero bueno, después de este aviso básico sobre mi tiempo con respecto a la escritura, veamos lo que ocurrió el 3 de Noviembre de 2013:
Era domingo, y aún así me desperté pronto. Así que le puse las pilar cargadas a mi cámara y vi un rato las fotos que había hecho el día anterior para fotografía. Pero después de verlas todas un par de veces me cansé así que con cuidado de no despertar a Mia salí de la habitación, fui a ese espacio con sillones en la entrada denominado salón y allí me encontré con Mark que arreglaba algo ansiosamente, os explicaré lo que había ocurrido, Mark, rompió no se que historia de la casa, y cogió un poco de celo, y echándole imaginación estaba intentando arreglarlo antes de que sus amigos volvieran a casa y vieran el destrozo, así que francamente, por las mañanas no suelo estar de humos para iniciar una conversación sobre destrozos en casas así que cambié la hora a mi reloj, porque paramos a horario de verano y me puse a leer Sinsajo. Después de un rato leyendo me empecé a preocupar de la hora, solo quedaba una hora para que los propietarios de la casa llegasen, y aún ni siquiera habíamos desayunado, es más Mia seguía durmiendo y Karen ni siquiera había salido de su habitación, así que me empecé a estresar. Después vino Karen, preparamos el desayuno, y desayunamos con prisas porque los propietarios del piso estaban llegando, pensaban llegar a las 11:00 y mi móvil decióa que eran las 11:10, cuando me empecé a estresar y me estresé muchísimos pero luego recordé los del cambio de hora y que tenías 40 minutos más. Después de recoger y esas historias, nos fuimos a surcar las frías, llenas de gente, calles de Nueva York. Repentinamente nuestra travesía dio un giro brusco cuando decidimos ir al museo del comind, que encontramos pero que habían cambiado por un edificio de oficinas, así que salimos de allí y volvvimos al frío terrible,  Se suponía que iríamos a una pastelería después de desayunar, pero no fuimos, en vez de eso, buscamso el museo del comic inexistente, vimos tiendas carísimas, en las que te combran hasta por respirar, en una estuvimos un rato largo mientras Karen y Mark investigaban donde estaba el baño y un jersey costabas 250$, y no era ni bonito. Visitamos unas pocas galerías de arte, fotografía, pintura, artistas callejeros..etc.
Después volvimos a la pastelería y al no poderme decidir que bollito quería, sí el cupcake de oreo, la galeta de coco o la pastelería entera me conmpré cuatro mini bollitosd por 4,29, un precio razonable. Después volvimos al coche donde nos comimos nuestros sandwithces del lunch, no hay mejor sitio para comer que en el coche, al parecer. Visitamos Chinatown, muchas tiendas de cosas chinas antiguas preciosas, y hacía un frío terrible así que cuand teníamos oportundad entraaba en un tienda para no congelarme, visitamos un restaurate-supermercado chino, que tenía unas coas rarísimas, como bolitas de arroz y cosas así, íbamos en busca de bubble tea, después encontramos un restaurante de comida importada de España, tenía un rico surtido de chorizo, jamón, salchichón, lomo, queso, tortilla, Nocilla, Cola Cao, por 11 dólares el bote, un timo, Kas, gulas y mucho más. Mark y Karen comprarons una salsa de Guacamosle de Tenerife y gulas, y Mia y yo un trozo de pan. Después d enuestra visita a la tienda de productos españoles que tenían turrónn 108 y jamón por 30$ un paquete enano, nos fuimos a casa, por el camino leí un rato, cenamos en casa de Nata y por la noche mientra escribía confundí un trozo de plástico con un bicho enorme así que cogí mi zapato, me subía a la mesa y entonces me die cuenta de mi estupided por temer a un plástico. Fue todo en directo.
Gracias por leerlo.

Lai-Koala :D

PS: Mañana me corto el pelo :)

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